Crisálida

Ante la necesidad de saber quienes somos, como nos parecemos al mundo
tomamos un espejo para reflejarnos en una mirada que parece ser nuestra
y prentendemos tocarnos a través de un reflejo que imita nuestros movimientos
cuando no hay más que la imagen irreal que copia una vida en sí, que refleja...

Cuando miramos detrás es imposible ver como nuestro movimiento se trasluce
cuando una mirada seduce los pensamientos trata de ser aunténtica, profunda
sin perder ante ella la identificación de lo que los ojos gritan desperados
sin creer que un beso ensimismado no se imita en los labios del ajeno

cuando la imagen que vemos se pierde porque no reconocemos el ambiente
es cuando te preguntas si perdiste una parte de ti en la habitación
cuando te preguntas si dejaste de valorar las cosas que son importantes
y te dejaste arrastrar por la superficialidad de un momento muerto

nunca se debe olvidar que un beso es siempre sincero, que endulza la vida
nunca se debe olvidar que una caricia es un te quiero silencioso y austero
nunca se debe olvidar que entre sábanas no hay espacio para las palabras
porque no hay necesidad de decir nada, cada quien entrega lo que sabe entregar

el valor que le damos a una rosa es el valor que le damos a un sentimiento
la incomprensión de dos miradas distantes que convergen ante una almohada
la sensualidad, la piel tersa de los labios que te atan ante una cama
entonces soy quien soy, aquella mujer que quiere tener alas...