Me gustan las palomas blancas con manchas plomas sobre las alas enmarcadas
me gusta el violeta porque asemeja el dolor y dislumbra la belleza inerte
me gustan las muecas porque trasfiguran el alma y traen la vejez a la cara
me gusta la noche con luna llena porque copa de osadia el amanecer cercano

Me gustan los aromas fuertes sobre la piel que cae tatuada a golpes sin suerte
me gusta el entresueño porque deja ver entre múltiples espejos el alter ego
me gustan las flores que no saben, que no huelen, que no traen recuerdos
me gusta escribir cartas a lápiz para expresar no más que el alma desfigurada

Me gustan las calles angostas, las carreteras llenas de árboles de costado
me gusta morder los labios, me gusta el sabor intermitente de los dientes
me gustan las espaldas, la piel tersa y suave con aroma a hombre... a ser
me gusta las manías, las sonrisas que sobresalen de las miradas profundas

Me gusta enamorar sin ser enamorada de las almas yacentes que están desahusiadas
me gustan las misiones imposibles para retornar a los alpes los sueños entretejidos
me gusta perderme en los ojos fuertes, en una mirada que no sepa leer ni equivocada
me gustan los retos, el saber lo que quiero y a lo que voy desde lejos

Me gusta pasar desapercibida y encontrar la impredicción de mis acciones
me gustan las cosas fáciles sobre la complejidad de los terrenos infértiles
me gusta sonreir con la mirada para conservar los dientes antes que mis venas
me gustan las letras en noviembre para despedir las ideas viejas y dar paso a la nuevas.

Me gusta el vértigo suave, los besos, el ser niña, el ser mujer, los versos y la tierra que me vió crecer...

La lluvia cae sobre la ventana húmeda y reseca a la vez
los sueños tocan trasfondos de inimaginables caliz de fuego
mientras la mentira retoza zigzagueante sobre los hombros del ave
y las alas quedan para el recordaris de una esmeralda vieja.

Dos miradas en silencio se curvan hacia la realidad y la fantasía
y queda al olvido las frases pronunciadas sobre el objetivo leve
sobre la manta blanca manchada de la impureza de otras veces
para conmemorar los recuerdos de la tragedia del futuro inerte.

la soledad se apodera como una fiera gata sobre el cigarro elocuente
arrastrando con ella la practicidad de las mentes en sol naciente
consumiendo los ojos cerrados, ciegos a tus besos intermitentes
tus besos compartidos que mis labios se muerden para borrar hasta los dientes.

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